lunes, 14 de noviembre de 2016

¿La PGM? El tridente que casi gana una Champions con el Mónaco

Fernando Morientes y Ludovic Giuly. (Foto: Archivo)
Por Braulio Polanco y Robinson Villalobos

“Deportivo” y “humillación” fueron dos palabras que hicieron equipo para titular todas las portadas de los diarios deportivos más importantes del mundo en noviembre del 2003

¿El motivo? Un humilde Mónaco aplastó ocho goles a tres al poderoso Deportivo de la Coruña de los Tristán, los Luque, los Pandiani y los Valerón.

Cuatro goles de Dado Pršo ayudaron a la causa. Ludovic Giuly aportó el segundo de los ocho. Desde el palco un Fernando Morientes se disfrutaba lo que hacía su equipo; lo acompañaba un tal Raúl González Blanco.

Esa tarde mágica se escribieron dos historias en el Stade Louis II. Por una parte aquel Deportivo, cuyos jugadores estaban en un altísimo nivel, complicó seriamente sus posibilidades de avanzar a octavos y fueron el banquete perfecto de las críticas mediáticas. Aunque sin embargo, posteriormente tendrían una digna presentación a lo largo del torneo, con una inolvidable eliminatoria frente al Milán en cuartos de final, cuando remontaron un 4 a 1. Eliminatoria que se sumó a una larga lista de encontronazos entre estos dos equipos.

En la otra cara de la moneda estaba el Mónaco de Didier Deschamps, que ya se la empezaba a creer.


Dado Pršo, Ludovic Giuly y Jérôme Rothen. (Foto: Archivo)
Hoy en día en el fútbol se habla mucho de tridentes gracias a la BBC y a la MSN. Antes era otra cosa. A principios de los dos mil con un fútbol más táctico y, menos rápido, la alineación que predominaba en casi todos los equipos del mundo era el conservador 4-4-2.

No obstante, en aquella temporada 2003-2004 de la Liga de Campeones, en el Mónaco nació un tridente explosivo que casi se hace con el campeonato a pesar de tener una plantilla para nada costosa: Ludovic Giuly, Fernando Morientes y el croata Dado Pršo (¿La PGM?), fueron los tres tipos encargados de hacer vibrar a los fanáticos franceses durante todo el torneo.

Aunque la verdad no eran tan BBC o MSN. Más bien era una especie de tridente como el que conformó Cristiano-Benzema-Higuaín, cuando lograron los 118 goles con José Mourinho en el Real Madrid, puesto que no siempre alineaban los tres desde el principio.

En los octavos de final de aquella edición de la UCL el club de Deschamps tuvo un reñido enfrentamiento contra el Lokomotiv ruso que se definió con un gol de Pršo en el minuto 60 del segundo encuentro.

Cabe destacar que antes de marcar el gol, el de Croacia había fallado un penalti.

En los cuartos de final contra el Real Madrid le tocó echarse el equipo al hombro a Giuly y a Morientes. Este último que, tras romper las redes de cabeza, gritó con el alma su gol a pesar de que en el pasado había vestido los colores merengues, con quien por cierto, ganó tres copas europeas.

¿Pero quienes somos nosotros para juzgarlo? Esto dijo tras el primer partido.


Por su parte Giuly le puso la guinda al pastel con una diana de tacón en la vuelta que Casillas nunca olvidará.



Las semifinales estuvieron no actas para cardiacos. Ante el Chelsea, Pršo, Morientes y Shabani Nonda marcaron para un 3-1 en la ida.



Y a pesar de que en el segundo encuentro el Chelsea logró ponerse rápidamente arriba en el global al marcar dos goles, Hugo Ibarra y Morientes mataron una de las mejores eliminatorias de todo el campeonato.

Parecía una temporada de ensueño. Sin embargo, no sería así.

Dado Pršo ingresó como suplente en la final de La Liga de Campeones cuando el francés Giuly tuvo que abandonar el campo arrancando el primer tiempo tras una lesión. Así empezaba la tragedia.

Ni Morientes ni Prso estuvieron finos en el partido que su equipo perdió por goleada tres a cero. Prácticamente ni siquiera tuvieron ocasiones para marcar.

El resto de jugadores sólo observó durante noventa minutos como el Porto de Anderson Luis de Souza, mejor conocido como “Deco”, daba un recital de buen fútbol.

Para no extender mucho el relato, la derrota del sorprendente Mónaco y su PGM que maravilló al mundo se la podemos atribuir sin ningún problema a... ustedes ya saben.

José Mourinho celebra junto a Paulo Ferreira su primera Champions League. (Foto: Archivo) 
La PGM en números

  • Morientes: 9 goles en Champions League y 10 en la Francia Ligue 1
  • Giuly: 4 goles en Champions League y 13 en la Francia Ligue 1
  • Pršo: 7 goles en Champions League y 8 en la Francia Ligue 1
  • PGM: 20 goles en Champions League y 31 en la Francia Ligue 1


El tridente se acabó ese mismo año

Los tres jugadores abandonaron al Mónaco para continuar su carrera en otros clubes en la temporada 2004-2005.

Ludovic Giuly durante su etapa con el Barcelona. (Foto: Archivo)
Ludovic Giuly aterrizó en Barcelona, donde fue constantemente titular con Frank Rijkaard, e incluso héroe en semifinales del 2006 ante el Milán de Italia. Fue campeón ese mismo año de la Champions de la mano del extraordinario Ronaldinho.

No obstante, algunos también lo recuerdan por sus increíbles bloopers. Uno de los más recordados ante el Werder Bremen de Alemania.




Actualmente Giuly juega en el club que lo vio nacer: el Monts d’Or Azergues Foot.

Fernando Morientes en el regreso al equipo de sus amores. (Foto: Archivo)
Por su parte Morientes regresó al Madrid de Los Galácticos, donde intentó ganarse un puesto… Pero no lo consiguió, porque tal parece que es algo complicado cuando dicho “puesto” se les pelea a marcianos como Ronaldo o Raúl, ¿no?

Utilizó el dorsal 4 de Fernando Hierro en pretemporada, ya que “el gordito” lucía el 9 que el vistió en su momento. Luego le asignaron el 8.

Sin pena ni gloria se marchó al siguiente año al Liverpool de Inglaterra.

Su carrera acabó en el Marsella en el año 2010.

Dado Pršo celebrando un gol con el Rangers de Escocia. (Foto: Archivo)
Por su parte el croata Dado Pršo fichó por el Rangers escocés, donde se retiró en el 2007 a los 32 años debido a constantes lesiones en su rodilla.

Cabe resaltar que representó a su país en el Mundial Alemania 2006 y la Eurocopa 2004, donde marcó un gol.       

No hay comentarios:

Publicar un comentario