martes, 15 de noviembre de 2016

Por eso y muchas cosas más, ven a mi casa esta navidad

¿Navidad? Las que teníamos antes. (Foto: Archivo)

Las navidades en este país se han vuelto atípicas. Si hacemos un repaso al menú gastronómico de la mesa navideña venezolana, un pan de jamón podrá estar costando entre los seis mil a diez mil bolívares para estas fiestas. Seguramente el precio dependerá de la harina todo uso que se haya utilizado para su elaboración.

¿Contará las uvas para el cañonazo?... seamos realistas, lo más probable y fácil será buscar semerucos, manzanitas de monte, o si realmente quiere comer las 12 uvas del año nuevo, tiene la uvita playera. Los ponches de crema: olvídese de eso, a menos que intercepte un chichero y le haga confesar la receta para su mezcla, donde descubrirá que es a base de pasta vermicelli con mucha azúcar ya que la leche en polvo quedó en el baúl de las fotos #TBT que ahora se publican en redes sociales.

El venezolano lleva largo rato celebrando las navidades de manera abrupta. En el año 2002, en pleno paro petrolero la Coca-Cola que consumimos llegó de Colombia y por el camino que llevamos recorrido hasta el 2016, en estas navidades los anaqueles quizás estén repletos de productos del hermano país a precios dolarizados donde María y José saldrían espantados del pesebre.

Quienes tengan el ingreso suficiente para adecuar un plato navideño full equipo: hallaca, pan de jamón, jamón ahumado, ensalada de gallina y el popular pernil, podrían estar pagando entre cinco a siete mil bolívares por plato, y así al menos decir: hubo navidad en su casa.

Otros venezolanos no podrán comer la navidad este año, otros harán híbridos tal cual pasó en el 2015, hallacas con tequeños, pernil con arroz y ensalada, pan de jamón con arroz con tocinetas, pero quienes pasarán en blanco principalmente serán los niños y niñas con sus regalos.

El juguete a la carta en la tierra de Bolívar ya no existe. En los últimos años y con la presencia del dólar CADIVI, cada venezolano aprovechó las bondades del sistema de compras electrónicas por internet a través de una tarjeta de crédito y fueron muchos los padres que se adelantaban a las fiestas decembrinas importando dicho juguete por el anhelo del hijo que ya desde febrero asomaba cuál sería su próximo juguete que le pediría en una carta al niño Jesús.

Con una compra a través de Amazon o Ebay, el juguete llegaba al mes si el envío era por barco, o a la semana si era un avión, pero esa bondad acabó cuando el gobierno retiró por completo la liquidación de la divisa extranjera a personas naturales por las entidades de la banca privada y todo lo absorbió el Estado por la banca pública. Esa fue la última vez que los hijos vieron llegar el juguete de su preferencia.

Un juguete es un juguete, pero también la pacotilla no perdona el uso de un artículo recreativo ante la hiperactividad de los chamos. El gobierno consiente de la escasez de los artículos para diciembre, lleva rato importando cualquier cantidad de juguetes de segunda mano que no llegan a durar dos días apenas destapado el regalo de un intercambio o la mañana del 25 de diciembre.

Los más pequeños en la mañana del 25 de diciembre se encontrarán desconcertados al no recibir su regalo. Entre algunos cuentos y testimonios, más de un padre ha salido al paso con esta excusa:

-   Mijo, lo que pasa que el niño Jesús no le dio tiempo llegar a casa, va a traer los regalos en los próximos días.

O sino, la astucia de otros progenitores sabiendo la debacle que se iba a presentar ante la crisis económica venezolana, cayeron adelante y comenzaron a persuadir a sus hijos para que pidieran tal regalo ya visto, en algún anaquel y fue comprado enseguida antes que se convirtiera en el único y último de la existencia.

Los niños no comprenden de ausencias y de pronto un regalo no repercute tanto como la ausencia de un ser amado, bien sea por la muerte repentina o por la separación forzosa producto de la diáspora de nuestro contexto social, político y económico. Muchos niños y niñas ya no estarán celebrando las navidades en su país y se encontraran en donde les han recibido extrañando no un regalo sino a los abuelos, a los tíos, hermanos, de pronto a uno de los padres, amigos, colegio y vecindario.


Para estas navidades en Venezuela, sobrevivir será el regalo más valioso que los padres podrán entregar a sus hijos, tener salud también se contará como el obsequio más divino. Los padres esperan que les quede vida para seguir agradeciendo, y tiempo suficiente para ver arreglarse las cosas y nuevamente poder poner debajo del arbolito el tan anhelado regalo que pedimos todos en navidad.

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