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Foto: Archivo |
Lo rescatable de este cuento es la reflexión que hace este
comunicador, quien no cayó en la trampa de desahogarse escribiendo lo que la
mayoría, en medio de su rabia, hubiese escrito: A todos los malandros hay que lincharlos o quemarlos vivos porque no
sirven para nada.
Al contrario, Mario plantea un argumento bastante interesante
que vale la pena compartir en medio de todo este caos que estamos viviendo: “No hay
razón para haber caído tan bajo, no encuentro justificación para culpar al
ladrón que me robó anoche, porque seguramente si en esta nación las oportunidades
existieran, ese muchacho ya me hubiese prestado algún servicio como médico,
ingeniero, mecánico o albañil”.
A continuación el texto completo:
Por
Mario Pérez Chacín.
Ya es natural que cada cierto noviembre me atraquen. No voy a
hablar ni de cábalas, mucho menos de supersticiosas casualidades, punto... los
ladrones son inteligentes, saben que hay plata en la calle, un trozo de país ha
cobrado aguinaldos y por ósmosis, la violencia de arrebatarte una pertenencia,
incluso la vida, sube como espuma en estos días por el importuno de una raza de ciudadanos que han descubierto
ante la falta de educación y atenciones que deben ser garantizados por el
Estado, lo mejor para ellos es el dinero fácil, robar.
Me atracaron en noviembre de 2015 y fue en presencia de mi hijo
menor, apenas contaba con tres años. Su inocencia le sirvió para no darse
cuenta, más aún cuando su padre pensando en su permanencia en esta tierra
siempre accedió a darlo todo, tal como pasó en esta ocasión hace dos días casi
metido dentro de mi carro con una 9mm. en dirección a mi cabeza, otro ladrón me
pedía de nuevo el celular, mientras mi segundo hijo dormía en el asiento
trasero.
Queda el guayabo moral, queda
la decepción por esa persona que arremete en tu contra de alguna forma y que más
adelante según las estadísticas seguro no llegará a cumplir más de 30 años en
esta tierra y me nace la pregunta que nadie es capaz de preguntarle en la
cara a los gobernantes... ¿por qué lo permites? y no me estoy refiriendo a
mayor OLP asesinas en los barrios, tampoco me estoy refiriendo a mayores
misiones que se terminan convirtiendo en un subsidio para la caña y para el
bachaqueo, no me estoy refiriendo al ojo por ojo y diente por diente... me
refiero a la necesidad de preguntarle al presidente, hasta el último y
minúsculo concejal municipal ¿qué coño
están haciendo con la educación de esta gente?
Siempre pongo el ejemplo del preescolar perteneciente al sistema
de educación regular del Estado venezolano donde mi esposa tiene más de 10 años
prestando servicio. Ayer mismo, después de mi atraco me contaba que un ex
representante del plantel había sido asesinado, y detrás de esa persona que
cuidaba a sus dos hijas, había una historia de abandono por parte de su madre
-cuando la lógica te dicta que es al revés-, quedas en el sitio pensando qué será de la vida de esas dos niñas...
sin contar el número de representantes que han sido asesinado a causa de bandas
armadas en los sectores más populares del oeste de Maracaibo, por una u otra
causa, dejando en orfandad a niños y
niñas que terminan repitiendo la historia de sus victimarios por sed de
venganza o por la maldita ausencia de políticas públicas educativas que
permitan que un ciudadano de estos sectores pueda tener la garantía de crecer y
crearse un futuro producto del esfuerzo de sus estudios.
¿En qué piensan nuestros gobernantes? yo lo sé, piensan solo en
su ombligo, piensan en cómo hacerse del poder para aprovechar gracias a las
prebendas de una revolución que solo extrae petróleo de la tierra, así lo
desparrame por el lago de Maracaibo y los ríos del oriente del país, así le
importe un coño que se contamine el agua, así le sepa a mierda que los
pescadores se quedan sin conseguir el propio alimento sacado con sus propias
manos y además se jactan de no venderles combustibles levantando juicio de
valor calificándolos de "bachaqueros", sin contar los litros de
gasolina que se siguen escapando por los caminos verdes y frente a las
alcabalas custodiados por quienes deberían cuidar nuestros recursos, la fuerza
armada venezolana, ahora disque "chavista"
No hay razón para haber caído tan bajo, no encuentro justificación
para culpar al ladrón que me robó anoche, porque seguramente si en esta nación
las oportunidades existieran, ese muchacho ya me hubiese prestado algún
servicio como médico, ingeniero, mecánico o albañil y yo de la misma forma que
he tenido el privilegio de recibir una educación, ponerme a la par, uniendo estrategias para hacer de esta
precariedad política, una verdaderamente necesaria y exitosa donde todo sea un
ganar ganar para todos y todas por igual.
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